‘Escuelas que aprenden’ es un concepto complejo que –basándose en una visión constructivista[1] de la educación- designa a las escuelas como centros culturales que deben poseer en sí dinamismos internos de liderazgo y desarrollo de capacidades, rendición de cuentas de los logros realizados, desarrollo de innovaciones e investigaciones; así como condiciones externas, entre las cuales se encuentran: políticas efectivas de descentralización de la educación, formación continua de los profesores, disponibilidad de recursos y apoyo de la comunidad local y de las organizaciones de la sociedad civil en general.
Ahora, postular que las escuelas pueden aprender, presupone considerarlas como entes estructurados y dinámicos capaces de actuar como un todo integrado que en función a un modelo de gestión de la calidad total (“gestión que busca responder a las necesidades de los usuarios y clientes, adelantándose a lo que ellos esperan”[2]) pueda hacer que “tanto directivos, docentes, estudiantes y padres de familia compartan[3] una visión común, tengan expectativas altas sobre lo se espera del trabajo educativo, tengan un vínculo significativo con la comunidad y las organizaciones de su contexto”[4].
El Perú carece de sistemas efectivos de educación sobretodo en el ámbito rural y en la educación pública en general; por lo cual, es manifiesto que un proceso como el que se propone en el concepto de ‘escuelas que aprenden’, sólo puede desarrollarse a largo plazo y en la medida en que el Estado genere una cultura educativa nueva que promueva los dinamismos y condiciones externas mencionadas en el primer párrafo. Esta realidad negativa en educación se ha generado por la fuerte centralización del sistema político y administrativo, lo que se refleja en los diversos estudios que se han hecho en nuestro país, que muestran un bajo rendimiento tanto por parte de alumnos como por parte de profesores.
Actualmente se ha fijado una política de descentralización generalizada, que ha caído en una lógica política y económica, donde no se ha buscado contextualizar de manera adecuada la curricula de los diversos centros educativos de las regiones nacionales, si bien sí se ha enfatizado una mayor participación de la sociedad local. Asimismo, se ha avanzado con programas de formación docente, pero se ha visto que no son efectivos, puesto que no son adecuadamente dictados o porque lo que se enseña no es aplicable a la circunstancia de los profesores de las zonas rurales. Muchas veces una traba para el desarrollo de la educación en el Perú, es que las escuelas carecen de los dinamismos internos necesarios para poder explotar las facilidades externas que el Estado le otorga.
En mi opinión, el Estado antes de poner tanto énfasis en crear las condiciones externas para que se dé una mayor eficiencia y desarrollo en las escuelas, debería priorizar estudios sociológicos y psicológicos que puedan impulsar una nueva cultura organizacional de la educación; ya que el sistema tradicional y rígido (propio de un sistema educativo centralizado y sin vistas a una maduración tecnológica) ha creado un proceso de anquilosamiento generalizado que no va a permitir –o en su defecto va a interrumpir sustancialmente- todo intento de modificar el sistema educativo. Y, a mi entender, el cambio únicamente se puede lograr cuando se transformen los valores y costumbres de las personas en función de los objetivos y de las metas propias de la educación.
Ahora bien, para hacer un verdadero cambio en la mentalidad de los miembros de las instituciones educativas, se debe tener una mayor comprensión de la realidad en la que viven los alumnos y profesores, así como generar una mayor conciencia de la escuela como una entidad dinámica que debe fortalecerse como un todo, esto es, como un sistema unitario y que en sí posea los valores necesarios para madurar el despliegue de sus capacidades como institución.
Por otro lado, se debe resaltar el papel relacional de la escuela como institución, que se evidencia en la prioridad educativa que tiene el trabajo en equipo y la interrelación del contexto externo (entiéndase familia, sociedad civil) con el interno (director y staff administrativo, profesores, y alumnos), todos estos siendo puntos que se corresponden con la propuesta de la escuela como entidad en desarrollo.
Pienso que no se le ha dado suficiente importancia al facto que el cambio debe provenir de la cultura misma de las organizaciones educativas, ya que se exponen como factores igualmente relevantes las condiciones externas y los dinamismos internos de las escuelas, hecho que puede ser ejemplificado con los muchos discursos políticos que siempre subrayan el tema de la infraestructura, de los sueldos y del material (ej: es anecdótico que les regalen computadoras a niños de pueblos rurales, cuando ni siquiera tienen el sistema educativo necesario para ajustar su conducta a la tecnología brindada por el Estado) Asimismo, pienso que la perspectiva que he expuesto, debe complementarse con un análisis de la calidad total, para que así el desarrollo y la maduración sean la meta motivadora de la entidad educativa.
En conclusión, el concepto de ‘escuelas que aprenden’ es un concepto complejo que busca generar en las escuelas una conciencia de entidad dinámica, que con el debido apoyo del Estado, pueda generar una cultura organizacional adecuada para el desarrollo integral del sistema educativo peruano. Espero que este breve escrito los lleve a reflexionar sobre la realidad peruana, si bien con algunos cuantos cambios puede ser extrapolada a otros países latinoamericanos.
[1] La visión constructivista estudia el aprendizaje y el desarrollo del conocimiento tanto desde una perspectiva individual, como es el caso de Piaget, como de una perspectiva que, además de lo individual, tiene como referencia el aspecto sociocultural y focaliza el estudio de los procesos mentales dentro de la acción social (Vigotsky). En el caso de las escuelas como instituciones, el constructivismo es una visión que promueve programas de integración en su contexto socio-cultural.
[2] SANZ, Rafael. Orientación psicopedagógica y calidad educativa. Pág. 40. Ed: Pirámide. 2001
[3] Se ha utilizado la cursiva en esta cita para designar aquellas palabras que han sido modificadas para adecuarlas al contexto del ensayo.
[4] BOLAÑOS, Fernando. Escuelas que aprenden y se desarrollan: un reto para la educación de hoy. Pág. 11. Universidad Cayetano Heredia: 2001